El lunes disfruté muchísimo mi visita a la Feria del Libro. Primero la presentación de Ciencia que ladra... por Diego Golombek (muuuuy buena onda), luego un recorrido por toda la feria con Nati.
A mi biblioteca se sumaron (¡¡por menos de $500!!):
La Décima Sinfonía (no lo he empezado)A mi biblioteca se sumaron (¡¡por menos de $500!!):
El último Watusi (tampoco)
El barman científico (a un capítulo del final)
100 menus infantiles para llevar.
[WAIT!!]
Mientras escribía lo anterior, sonó el timbre por cuarta vez en el día (rara vez suena más de una). Más raro todavía: ¡un cartero! Más raro aún: un certificado que pensé que nunca iba a llegar, justo a tiempo para presentar con mi nuevo curriculum (:D)
[/WAIT!!]Ley de la existencia de toda mujer soltera #5: cocinar es divertido cuando no es por obligación (social o para prolongar la existencia).
Hice panqueques (a que nunca lo hubieran imaginado), me divertí muchísimo dándolos vuelta al son de la angelical voz del señor Desbocatti. A la hora del relleno me pareció interesante alterar una receta del libro... así que el corazón de los panqueques consistió en ensalada de tomate, lechuga, zanahoria, choclo, arveja y atún. Obviamente, con un poco de mostaza (nunca se le dice que no a la mostaza). Quedaron algunos sin rellenar, para seguir la eterna tradición de los panqueques con dulce de leche.
¡¡Muy recomendables!!
¡¡Muy recomendables!!
Próximos proyectos: lograr que queden redondos y ver cómo le quedaría un poquito de miel, queso, nueces y sésamo (no murieron en esta vuelta porque no tenía, pero me tienta).
Mientras cocinaba me acordaba de las tardes en que mi abuela cocinaba montañas de filloas para comer con dulce de leche o como canelones. Por aquella época yo no era lo suficientemente alta para llegar a la mesada sin pararme en puntitas de pie. Ahora mis habilidades culinarias son bastante respetables... ¡y ya llego a la mesada!
Y quiero aprovechar el último párrafo para agradecer la existencia de las sartenes de teflón. Gracias, simplemente gracias.
Me dejás helado con el relleno de los panqueques. Pero claro, yo tengo menos cocina que un monoambiente... :P
ResponderEliminarVoy a ver si mañana (más vale tarde que nunca) me puedo dar una escapada a la feria del libro. Me encanta ver todos esos libros juntos, pero anduve con una semana complicadísima.
Martín: para mi también fue una (grata) sorpresa. Siempre se dice que la diferencia entre el laboratorio y la cocina es que en la segunda se puede lamer la cuchara, así que cuando tengo tiempo e inspiración, cocino.
ResponderEliminarLa feria estuvo muy buena, especialmente las actividades tipo charlas y presentaciones.