23 febrero 2014

Cooking adventures time!!

A pedido de la patrona de Martín, escribí la receta de mi famosísima lasagna de verduras.

La hice el día de la segunda hemimaratón de Firefly (la mejor serie del mundo) y si consideramos que la aprobación de 4 personas, dos de ellas no familiares, da para que sea famosa, es re famosa.


Sin más preámbulos, la receta.

Materiales:
Asadera grande y profunda
Cuchara de madera o espátula
Sartén
Horno
Recipientes varios para ir aguantando las cosas cortadas (yo usé platos nomás)
Cuchillo, afilalo bien antes de empezar, así vas a ir más rápido, tenés menos chances de cortarte y en general vas a ser mucho más feliz
Tabla para cortar
Rallador

Ingredientes:
Las cantidades son un estimado y varían un poco, dependiendo del tamaño y precio del vegetal y de la asadera que vayas a usar. También varían si sos como yo y te comés un tercio de los ingredientes en el proceso.
4 tomates medianos
3-4 zuccinis
2-3 berenjenas
2 cebollas medianas
1 morrón (del color que te haga más feliz)
1 taza aprox de queso semiduro, rallado 
6-8 cucharadas de queso crema
Aceite
Pimienta



¿Tenés todo? Muy bien. Ni te gastes en preguntar por la sal. Si te fijás, todos los ingredientes son más o menos salados, no es necesario agregarle más sal.

Empecemos, shall we?


Lo primero es cortar los tomates y los zuccinis (pelados) en rodajas finitas. Si me hiciste caso con lo de afilar el cuchillo, esto es una papa.



Después tenés que cortar las berenjenas. Para evitar la parte amarga, que es lo de las semillas, y también evitar todo ese trámite de ponerlas en salmuera y nosequé, lo que yo hago es ir cortando la berenjena en rodajas hasta encontrarme con las semillas. Ahí das vuelta la berenjena y hacés lo mismo desde el otro lado. La parte que tiene las semillas la corto en cubitos y los dejo por ahí para usar en un ratito.




Ahora hay que picar la cebolla. Si la cortás a la mitad y la pelás abajo del chorro de agua de la pileta, después no deberías andar lloriqueando. Si sos un alma sensible y querés desatar tus más profundos sentimientos hacia la cebolla, carry on, llorá todo lo que quieras.
Ya que estás, picá un poco del morrón.





Ahora que está todo cortado y prolijo, es un buen momento para prender el horno para que se vaya calentando. No te vayas muy lejos, porque también es hora de cocinar un poco más. Poné a calentar un chorrito de aceite en el sartén, cuando esté bien caliente agregá las cebollas y morrón picados, para saltarlos. Cuando estén un poco dorados, agregá los cubos de berenjena. Dejalo que se cocine un poco, que la berenjena se ablande.
Ahora es el momento de apagar la hornalla y ponerle un poquito de pimienta, para darle amor, y 2-3 cucharadas de queso crema, para darle textura.




Ya estamos por terminar. Ahora hay que armar la lasagna. Agarrá la asadera y poné las primeras tres capas: zuccini - berenjena - tomate. Yo usé una asadera de vidrio, así que no le puse aceite ni nada abajo, ya que todo genera bastante agua y con eso se cocina y no se pega.
Arriba ponele un poco de queso (rallado, crema o ambos).

 

Encima de eso, esparcí la mezcla de la sartén. Arriba ponele más tomate, berenjena y zuccini, en capas hasta que se terminen. Entre las capas podés poner más queso.




Ahora que está todo en la asadera, armado, precioso, tenés que llevarlo al horno, que debería estar así de fuerte:

Dejalo un buen rato (¿media hora digamos?), entretenete con otra cosa, como lavar los platos o escribir un post, pero no te olvides de su existencia. Andá a ver que esté todo en orden, y cuando veas que se está cocinando lindo, podés ponerle más queso por encima, para que se dore pero no se queme. Si tu asadera es de vidrio, como la mía, vas a ver como las capas se aplastaron y compactaron, eso hace que los sabores se mezclen y que tus comensales aprecien tu cocina y no quieran matarte con su mente.

Lo bueno de esta receta es que realmente no hay manera de que te quede cruda, sólo más o menos dura. Así que dejalo en el horno unos 20-30 minutos más. Podés probar cortar un poco con un cuchillo, para ver qué clase de resistencia opone. Cuando se deje cortar suavemente, ya está pronta.

Apagá el horno pero dejala un rato... Poné la mesa, andá a buscar agua o date un baño. En ese ratito, en la lasagna van a concentrarse un poco más los sabores. Vos quedás limpio/a y la lasagna todavía más rica, win-win.



¡Ahora a comer! Disfrutalo, compartilo (es una asadera grande de lasagna) o guardalo para llevar mañana al trabajo y lucirte como chef extraordinaire. 




Si probaste la receta, mandame una foto, posteá un comentario, contame qué te pareció y qué cambiaste, decile a tus amigos, subilo a instagram... en fin, share the love.

2 comentarios:

  1. Disfruté muchísimo tu post!!! Con fotitos y todo! Re pro! Ahora no tengo más remedio que probarla un día de estos... Y contando que mi desayuno fue un vaso de jugo de naranja hace 20 minutos me entró tremenda hambre!!! (pero hoy no puedo probarla porque el finde no hicimos feria y sólo tengo naranjas y manzanas en la heladera XD)

    p.d.: puntos extra por lo del horno ;)

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  2. ¿Sale lasagna de tomate y naranja entonces?

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