26 julio 2010

Des-extrañando

El post que viene después de este, en realidad fue escrito antes, y fue el catalizador de éste, más que nada para evitar un mega post eterno:


En una de las paredes, casi desde que me mudé, hay un recorte de una revista, según ellos del libro "Sabiduría para vivir" de Lin Yutang:

"He aquí las cosas que me harían feliz. No deseo otras. Quiero un cuarto propio donde poder trabajar. Un ambiente ni particularmente limpio ni ordenado... sino confortable, íntimo y familiar. Con una atmósfera llena de humo y el olor de viejos volúmenes y de incontables olores... Quiero trajes decentes que haya usado por algún tiempo y un par de zapatos viejos. Quiero una ducha en verano y un buen fuego con leños en invierno. Quiero un hogar donde poder ser yo mismo. Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.
Quiero una buena biblioteca, buenos cigarros y una mujer que me comprenda y me deje libertad para hacer mi trabajo.
Quiero libertad para ser yo mismo".



Tengo la suerte y el placer de tener un lugar en el que me siento segura y tranquila, donde puedo hacer lo que quiero y también hay lugar para hacer lo que debo.
Cálido y colorido, porque quiero que sea mi reflejo, o yo ser el suyo.

Tiene todas las cosas que yo quería tener cuando fuera grande:
un sofá cómodo, lugares donde apoyar los pies, pisos de madera...
... paredes de colores
... olores que muchas veces no puedo identificar.
... un mueble que hizo mi hermano y está sin terminar.
... un mueble que está en mi casa (y se ha ido mudando) desde que tengo memoria.
... lugar para mis libros y lugar para los que van a ser mis libros.
... cuadros y fotos.
... una mesa fuerte y bonita.
... algunas cosas rotas, esperando que las arregle.
... tablas periódicas por todos lados.
... tazas de colores y vasos largos.
... la cama más linda del mundo.
... todo el viento de libertador.
... todo el sol de la mañana.


Donde siempre hay un lugarcito para alguien que perdió el bus o perdió un amor.

A donde vine cada vez que perdí el bus, o el amor, o las ganas.


Con mis pies enfundados en pantuflas rojas (a falta de zapatillas), miro la sala más linda del mundo y suspiro there's no place like home.

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