Como lo prometido es deuda, acompañé a tres amigos en su primera vez de tablado, pero en el velódromo codo a codo fuimos mucho más que cuatro. Eramos diez.
Cómodamente instalados en la pista, del lado derecho, disfrutamos de Momolandia, Asaltantes con Patente, La Margarita, La Cofradía, Sociedad Anónima, Agarrate Catalina y Queso Magro.
Comimos churros y Palitos de la Selva.
Nos reímos y conversamos.
Shhhsheamos y nos shhhshearon (del verbo shhhshear).
Con alegría -y cierto orgullo de Salidasdenochequeestenbuenasperononecesariamenteimpliquendescontrol Planner- puedo decir que pasamos muy bien.
Después del tablado, nos abastecimos en Rivera y Soca (esquina montevideana que todos deberían visitar) y terminamos la noche en la rambla, haciendo "cosas de jóvenes", como diría una persona que suele usar la expresión "cosas de jóvenes".
Papas fritas, galletitas, martini y besos.
Primero: fue Momolandia, no Momosapiens... pero ta.... no es tran trascente...
ResponderEliminarPero lo que quería destacar es el detalle de hacer "cosas de jóvenes" luego de que la abuela se fuera a rezar el rosario antes de dormirse...
Qué es eso de andarse besuqueando?? Por qué no invitan??!! (y no me retracto!)
Abrazotes hermani!
Cecilia: primero, mal yo, ya lo arreglé.
ResponderEliminarY lo de los besos, bueno, cosas de jóvenes... la próxima te invitamos.
Un beso (¿ves? ahí ya hay uno).