No ha pasado un solo día sin lluvia. Ya me tiene un poquito podrida el tema de la precipitación.
Para peor, dicen que anda Xinthya por ahí... así que parece que va a seguir lloviendo.
Esté donde esté, llueve.
Encima en el hotel hay como mil grados (kelvin) y muero de calor.
Hoy me agarró como un golpe de nostalgia y me dieron ganas de ir con mis amigos a matear a la rambla. Pues nada, será cuestión de chapar el paraguas y salir igual.
Todas las flechas apuntan al Museo del Romanticismo (y mis piernas cansadas también lo votan), así que ¡¡allá voy!!
Hidroplaneando se llega más rápido.
La tormenta va a explotar, todo encaja en su lugar.
Cuando pare de llover, el sol será una nueva piel.
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