09 julio 2010

Amor y paz

Ayer mamá-de-Molly insistió mucho para que Molly fuera a la peluquería. Es cierto que tenía el pelo medio reventado, pero todavía no era necesario. Pero bueno, tenía tiempo y a mamá-de-Molly le hace felíz cuando su nena hace cosas de nena, así que me armé de valor para enfrentarme a una de las cosas que más odio en la vida.
No, no son los secadores, me encantan las tijeras, y digamos que me llevo bastante bien con el tema de los químicos... ODIO LA CHARLA DE PELUQUERÍA.

Si está sólo la peluquera está todo bien, pero cuando hay una o más personas, tiemblo de sólo pensar qué pueden llegar a discutir.

Ahí estaba yo... con el pelo mojado y sin ningún lugar a donde huír...

La conversación se daba entre la Señora Callada, que emitía opiniones sólo cuando era necesario, la Peluquera, y la Señora Boca Abierta, que opina de todo y de todos sin tapujos, ni criterio (vamoooos, todos conocen una SBA de la peluquería a la que van).

Pasaron los temas de rigor: tinelli, la juventú está perdida, noticias del barrio, el mundial, la loca de fulana y sus andanzas. Mientras, me aferraba a una revista que contenía artículos como "las pelucas" y "los colores", cerquita de la cara... primero para no participar de la conversación y después para poder leer sin los lentes.

(cabe destacar que estuve bastante rato en el aver... en la peluquería)

Veníamos bien, estaba casi con un pie afuera, no asesiné a la señora boca abierta cuando empezó a hablar mal de las ""sustancias químicas"", obviamente sin tener en cuenta que lo que tenía en el pelo y su propio pelo son "sustancias químicas".



Sólo faltaba el corte, cuando sucedió esto:

Peluquera - (tratando de sumar a Molly a la conversación) ¿Y cómo te fue con los estudios que te hiciste hoy? (a la mañana me hice una tomografía de la mano mocha)

Molly - (suspira) Bien... bah, los estudios lo más bien, la mano sigue igual.

Peluquera -
Uy, además hace un montón que estás con eso. ¿Se puede hacer algo?

Molly -
Y no, es que después que me sacaron el yeso ya no estaba bien... así que hay que ver si se puede hacer algo más y mientras aguantarse.

Señora Boca Abierta - (airada) Seguro algo que hicieron mal los médicos, viste cómo son.

Molly - (lanza mirada digna de fatality a SBA) No, esto lo hizo la madre naturaleza, tanto que la defienden los de grinpiz.


Silencio.
Silencio. Silencio.
Silencio. Silencio. Silencio.
Silencio. Silencio.
Silencio.


Señora Callada - ¿Vieron que se prendió fuego el penal de Rocha?

7 comentarios:

  1. evito el peluquero siempre que puedo, tuve el pelo largo, sin forma por esa causa, tuve el pelo corto desparejo, por esa causa (va por cortármelo yo), el intentar parecer una persona decente me hizo retornar a ese antro de charlas banales.

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  2. GonSaa: soy una nena y además ando entre la gente, no poseo un genio extraordinario, así que no puedo andar por la vida con el pelo revuelto sin que a nadie le importe. Como vos decís hay que intentar pareecer una persona decente :D

    Por si fuera poco, hasta los 10 años mi madre me llevaba dos o tres veces por año a que me cortaran el pelo a lo "principe valiente" (cerquillo y corto a la altura del mentón)... horrible.


    Mi técnica en montevideo es ir cambiando de peluquería... es arriesgado, pero como no te conocen no te hablan tanto.

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  3. peluquería... no se puede ni contar la energía de activación que necesito para ir. una vez pasé un año entero sin cortarme el pelo. claro que cuando fui me cagaron a pedos las peluqueras y las señoras que estaban ahí. por lo menos mientras me rezongaban no hablaban de la comedia o el contenido de larevistamásvendidaenuruguay. pero ta, mi pelo daba asco, ahora tengo un corte que me obliga a ir una vez por mes, así que el daño será menor. yo tengo que ver como entreno la paciencia para soportar esa media hora.

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  4. yo tengo un tema con la peluqueria, cuando me dicen si quiere un café, después me lo cobran?! yo por las dudas digo, No gracias, pero un día voy a decir que si y si me lo cobran ... libro de quejas, nadie me aviso qeu esto era un bar peluqueria!....

    y odio en que insistan en lavarme el pelo, cuando claramente llego a mi casa y me tengo que bañar....

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  5. Pelufudo: pensá que es sólo media hora.

    Sol: nunca me preguntaron si quería café, creo que tampoco he estado el tiempo suficiente. Otro problema, más que el tema de que te laven sin preguntar, es cuando el cielo decide que también quiere lavarte el pelo, y se larga el chaparrón en el instante que ponés un pie fuera. Quizá soy yo la que elijo mal los días.


    En vista de los comentarios recientes, pregunto ¿Será que somos los bloggers que odiamos las peluquerías? ¿Será causa o consecuencia?
    Me histe acordar que las peluqueras te retan cuando no vas, como si fuera algún tipo de consultorio médico ultravital

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  6. sabés que fui hace poco y me divertí mucho escuchando las conversaciones banales. Digamos que logré elevarme unos cuantos centímetros y reírme de todo eso. Es una gran capacidad

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  7. Magui: no niego que puede ser divertido, sin embargo yo prefiero (aunque no es de "niña bien") escuchar las conversaciones en los bondis.
    De todas formas, si no hubieran conversaciones de peluquería, no habría nacido este post.

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