Hasta ahí estamos de acuerdo, ¿no? Perfecto.
Estimados señores del SUAT: dos horas no es un tiempo aceptable de espera.
Gran parte de mis historias empiezan con "me pasó esto...", y en general continúan con algo simpático como "me chocó una bici", así que me parece un buen comienzo.
Me pasó esto: después de almorzar en fq, partí rumbo a tres cruces, a buscar algún lugar donde darme la antitetánica, que quedara cerca de la parada del 151. ODIO DARME VACUNAS, pero también odiaría tener tétanos, así que no quería dejar pasar la oportunidad de tener el brazo acalambrado por un par de días. Como en el SUAT de tres cruces no tenían, fui hasta el Hospital Británico.
Precioso, las enfermeras fueron súper amables, fue casi un trámite... de esos trámites que involucran agujas y pinchazos. Me fui, muy tranquila, llegué a la parada justo cuando pasaba el 151... casi ideal.
Casi, porque ni bien llegué al final del bondi me empecé a sentir mal. Cuando cerré los ojos y no los podía abrir, decidí que estar en un lugar sin ventilación y en movimiento no era lo mejor que podía hacer. Me bajé, me senté en el primer lugar que encontré, que resultó ser la puerta de una vidriería en calle Colonia, a una parada de donde me chocó la bici (ay, Guionista de Dios, ¡¡como te gustan ciertas locaciones!!).
Una chica de saco violeta (o eso me pareció a mi) me dijo "estás demasiado blanca, voy a llamar a la emergencia, ¿a quién llamo?". La última vez que llamé al SUAT, demoraron casi 4 horas en llegar hasta mi casa, así que le dije "tengo el SUAT, pero dejá nomás, ya se me pasa". Como en realidad no me podía mover y estaba a 5 cuadras de tres cruces, llamó, le di mis datos y me quedé esperando que vinieran.
Como 40 minutos después del llamado estaba un poco mejor, o por lo menos sabía donde estaba.
Una hora después del llamado ya pude incorporarme, pero de levantarme ni hablar.
Una hora y media después del llamado me encontré con un compañero de tango, que me hizo el aguante, y me consiguió un taxi.
Dos horas después del llamado, estaba llegando a casa. Llamé al SUAT para cancelar el llamado (porque sino los señoritos se enojan) y me dijeron "ahhhh, están saliendo para ahí". ¡¡ESTÁN SALIENDO PARA AHÍ!!
Siendo más de las 4 de la tarde, llego a casa, lleno un vaso con tónica, agradezco mentalmente por todo el chocolate que me regalaron y me dispongo a sentarme con los piecitos para arriba, con intenciones de no salir hasta mañana.
Me duele el brazo (y la mano, para variar), y todavía no me puedo mover mucho, pero por lo menos estoy en mi sofá, no en la puerta de una vidriería en calle Colonia.
Si la vida te da limones... ¿tequila y sal?