Puedo ser flexible, si me prometés que me lo traés el año que viene estoy dispuesta a esperar.
- Llaves del CEF.
- Encontrador de cosas perdidas.
- Un poquito de buena suerte.
- Una voz como la de Aretha Franklin.
- Un cubo de Rubik que nadie me rompa.
- Pelo (cabellera) de propaganda.
- Una guitarra así de loquita. De verdad o para el PS.
- Un viaje leeeeeejos leeeeeeeeeejos.
- Dejar de comerme las uñas.
- Un chongo (noviete, dragoncito, amigo con derecho a roce) para mi sola.
- Una piel perfecta.
- Un filtro mental.
- Un ámbito bucólico.
- Un buen par de zapatos de taco aguja, y no morir en el intento de usarlos.
- Una Magic 8 Ball.
- Un mp3 de 16 gigas no me vendría nada mal. Con unos buenos auriculares.
- Un pantalón que me quede es-pec-ta-cu-lar.
- ¡Chocolate!
- Una historia de amor a lo Campanella.
- Que mi próximo choque sea con un skater muy lindo.
- Un almuerzo (que se extienda hasta la cena) en la casa de los Burton. Y que me digan "viene Choni, no te molesta, ¿no?".
- Ir al sanatorio y encontrarme con House.
Si me regalás un cubo rubik, te regalo mi historia de la mujer maravilla que no funcionó. Algo es algo.
ResponderEliminarBueno, esperá que estoy borrando con una goma la dedicatoria que te había escrito en el libro que te iba a regalar.
ResponderEliminarPablo: acá tenés un cubo de Rubik. Es imaginario. Te puedo regalar un montón de reales, pero rotos.
ResponderEliminarAhora quiero saber la hisoria.
Heguido: ¿me ibas a regalar algo? Y era un libro con dedicatoria a lápiz. ¡¡Qué lindo!!
Me falta revisar el 2008 y 2009 de http://heguido.blogspot.com
Pará... rotos o imaginarios!? qué clase de regalos son esos?? Por lo menos si es imaginario sé que puedo armarlo.
ResponderEliminarHistoria de la Mujer Maravilla: la conocí en una fiesta de disfraces, pero entre mi incpacidad para hablar con mujeres, y la cantidad de sangre en alcohol que llevaba (más el hecho de tener toda la pintura del disfraz corrida), no le dije ni mu. Días después encontré en mi cámara una foto de ella que es hermosa (la foto + ella) y una amiga, intentando solucionar mi vida amorosa, creó una algo en FB buscándola. Una especie de cenicienta del s.xxi... aunque yo no me quedé con sus zapatos.
Eventualmente alguien la conoció, así que me pasó sus datos, y le escribí. Le dije que si bien seguro que daba un poquito de miedo, de seguro que no soy ningún loquito. Que me había gustado, y que quería conocerla. Que la invitaba a tomar algo a la rambla, al cine, o a comer alfajores en la plaza. Se rió. Y tenía lindo nombre y todo.
Es una linda historia!