17 mayo 2010

Sin un buen título

Ya pasó un año de que Mario Benedetti pasó para el otro lado.

Antes que nada,
porque es casi-feriado,
porque el sábado me acordé,
porque es de mis cuentos preferidos:

Sábado de Gloria.





Y si quieren pueden volver,
aunque yo pasaría el resto del día (re)leyendo;
porque nadie escribe como él,

porque el amor se le desveló en alguna esquina,
en alguna mesa en algún bar,

tan simple y tan complejo,
tan cercano y tan ajeno,

tan mío y tan nuestro y tan de todos,
con toda su táctica y su estrategia,
con ustedes y nosotros,
y viceversa.

Con corazones coraza,
con mesas con sillas, con escritorios con sellos,
con camas sin sabanas, o con ellas, o sin ellos.

Para ser amigos, para ser amantes,
para una hecatombe de esperanza,
y todo lo contrario.

Con chau y bienvenida,
con el amor, con las mujeres y con la vida.

Con arcoiris de sonrisas, con propósitos y besos,
con acordes cotidianos, con complices y todo.


Cronoterapia bilingüe

Si un muchacho lee mis poemas
me siento jóven por un rato

en cambio cuando es
una muchacha quien los lee
quisiera que el tictac
se convirtiera en un tactic
o mejor dicho en une tactique

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