Ya en casa me puse a pensar en lo fácil que es hacer amigos cuando se es chico. Simplemente te acercás y decís "¿querés ser mi amigo?" y listo. Son amigos, a veces por 10 minutos, a veces para toda la vida. No tenés nada que perder y mucho que ganar.
De grande es mucho más difícil. Y después de cierta diferencia de edad ya es pedofília...
Es que prefiero mil veces que me rompan la cocinita y no el corazón.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog se abastece gracias al Guionista de Dios, y tus comentarios.