23 marzo 2009

Ahhhhh l'amour

Acá me indican con el señalador electrónico que hay gente que efectivamente entra al blog, con ganas de leer las tonterías que escribo. Así que voy a tratar de escribir algo, y por lo menos no ahuyentarlos.

Pensaba en el amor.
¿Qué carajo es? Definitivamente, un carajo es una muy buena metáfora. Porque el amor está alejado y marea. Es difícil de alcanzar. Pero una vez que llegaste, ves todo más claro.
Amo lo que hago, lo que aprendo y a la gente a la que (con tiempo y esfuerzo) dejé entrar a mi vida, quizás por exceso, el amor romántico se me escapa. No es necesariamente algo malo, pero me gustaría que por una vez me tocara a mi.

Hace poco estuve (del verbo chuponcharla) con un tipo que estuvo conmigo para paliar la soledad.
Y después me quedé sola.
Que gran ironía.

No me siento sola, pero por una vez quiero estar en el centro, en lugar de en el medio.
Ser la única.
Aunque sea para ver qué se siente.


Esto salió un poco triste, como suele salir la verdad (una cosa no implica la otra, pero se parecen). Parece que tengo el corazón con agujeritos.
Soy hiper analítica, eso me ayuda a entender el mundo, pero también impide que vea o exprese muchas cosas. Me han pasado un par de cosas que piden a gritos que no deje entrar a nadie, sin embargo el esfuerzo que hago por callar esos gritos se ve plenamente compensado por las personas que están en este momento conmigo. Si se van a quedar o no, sólo el tiempo lo dirá, yo quiero disfrutarlas ahora.
Por eso trato de aprovechar las oportunidades de decirle a las personas lo que pienso o siento, aunque me cuesta horrores, porque aprendí (de la manera fea) que puede que no haya un "un día de estos".

Como te digo una co' te digo la o'.
Hace poco conocí a una gran persona, que ya quiero mucho, y cuya total falta de filtro compensa mis reparos. Hemos tenido conversaciones increíbles. Muchas veces me encuentro hablando con él cosas que no sabía ni que pensaba.

Estoy aprendiendo mucho. Estoy escribiendo mucho. Disfruto saber todo lo que me falta por aprender. Y disfruto volcándolo, aunque más no sea en este diario virtual, quién sabe a quién podría inspirar. Ya me sorprendí una vez. Y quiero más.

Quien nada sabe, nada teme.

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