10 noviembre 2009

(rosq)

Si, empiezo con un chiste interno. Y qué.
Después de una hermosa tarde con mi querida hermani, ando con ánimo de revisar en lo profundo de mi alma y ver que encuentro.

Aha...

Si...

Bien.

Uy mirá, no sabía que eso estaba ahí.



Como en casi todos lados, encontré palabras.

Resulta que soy bastante enamoradiza. Y parece que todos los hombres de los que me enamoro irreversiblemente tienen algo en común. Usan ciertas palabras.
Que son lindas, que son complejas, que suenan bien, que les quedan muy bien, que me hacen abrir los ojos, levantar las cejas y esbozar una sonrisa. Simplemente me pueden.

Oxímoron (chiquito, me hiciste tuya con eso), dicotomía (qué días aquellos), tautología (qué noches aquellas), concupisencia (ufff), semitransparente, sugus-de-limón (ya sé que no es una sola palabra pero ya sabés de que hablo), quimera (me alejo del teclado), prodigioso, endocrinología (y que lindo que lo decís)

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