28 junio 2009

Rayas, ralles, centellas, centones y centenas

Helo aquí.
No, no es que hace frío, bueno, si, pero no tanto.
Este es el post número 100.
Nuevamente reportando desde el vórtice de los parciales, decidí festejarlo con un recuento de buenos posts. Soy bastante crítica con lo que publico, pero asumiendo que el 10% de lo que escribí (y publiqué) fue bueno, les dejo 2 TOP 10
No es matemáticamente exacto, dado que no todo lo escribí yo y que este post entra dentro de los 100 y todo eso, bueno, ta, soy química, no ingeniera... pará... ehhhh... buenoooo...

10 grandes...


... posteos propios:
Rock'n'Resnick.
Así como si nada (crónica exagerada de un examen).
Esas cosas que uno si.
Noche buena.
Un cuentito.
Me, myself and ay, tuve parcial.
Una nueva crónica de parcial.
89th post.
Llamado de emergencia química.
Humor gráfico para imaginar, mucho.

... textos vilmente robados:
Oh capitán, mi capitán.
Un poquito de Dolina.
14 de febrero.
WOW.
Grandes enseñanzas.
El violinista.
The sound of the stereo.
¡¡Buen viaje!!
Para toda la muchachada linda.
AAAAAAHHHHHHH.

20 junio 2009

Hoy la cosa viene de bandoneones

Si, ¿por qué no? El otro día vi El último bandoneón, muy recomendable, me encantó.
Pero no por eso la cosa viene de bandoneones, ni porque el otro día un flaco encaró muchísimo unos tanguitos con su bandoneón en Lo de Margot, sino por Bandoneón de Benedetti.

Estoy rara, más que de costumbre, y no tengo ni idea por qué. No es algo malo, para nada. Sólo extraño perderme y encontrarme, últimamente sólo me pierdo. Así que recurro a mi recientemente redescubierta panacea.

Cerrar los ojos y bailar.


BANDONEÓN - Mario Benedetti
Me jode confesarlo
pero la vida es también un bandoneón
hay quien sostiene que lo toca Dios
pero yo estoy seguro que es Troilo
ya que Dios apenas toca el arpa
y mal.

Fuere quien fuere lo cierto es
que nos estira en un solo ademán purísimo
y luego nos reduce de a poco a casi nada
y claro nos arranca confesiones,
quejas que son clamores
vértebras de alegría
esperanzas que vuelven
como los hijos pródigos
y sobre todo como los estribillos.

Me jode confesarlo
porque lo cierto es que hoy en día
pocos quieren ser tango,
la natural tendencia
es a ser rumba o mambo o chachachá,
o merengue o bolero o tal vez casino
en último caso valsecito o milonga
pasodoble jamás,
pero cuando Dios o Pichuco o quien sea
toma entre sus manos la vida bandoneón
y le sugiere que llore o regocije,
uno siente el tremendo decoro de ser tango
y se deja cantar y ni se acuerda
que allá espera el estuche.

17 junio 2009

Carnaval toda la vida

El domingo estuve en San José, para finalizar un fin de semana cuando menos extraño, viendo a Sociedad Anónima y La Clave, en la Sociedad Italiana.
Me encantó, como siempre, reencontrarme con los Sociedados.

Un plus de la noche, fue que pude ver la actuación completa de La Clave, cosa que hasta ahora no había hecho porque estaba ocupada atrás del escenario... o abajo... del escenario. Es impresionante, las voces, el vestuario, todo. Me fascinó.
Quiero compartir con los que quedan por acá, que no se han espantado por el hecho de que siga hablando de carnaval cuando se pronostican para hoy vientos helados y 5ºC, una hermosa canción.

Montevideo, esa ciudad que construyeron tus abuelos.
La de Zabala, ese peludo que fabrica caramelos.
Montevideo, una ciudad cosmopolita a cielo abierto.
Ahí van los chinos, de saco sport y de chancletas por el puerto.

Montevideo, en todo el mundo envidiarán
La patente ir a pagar, en Buceo veranear
Una hermosa capital para vivir

No les cuento como sigue, pero les embeedeo el video, ta güeno.
También tiene el genial cuplé del Partido Colorado (¡¡escuchen a la gente en esta parte!!).
Y además, "explican" el reglamento del Concurso.

Las voces son increibles, los coros hermosos. Enjoy.

10 junio 2009

Heridas de guerra

Todo pasó muy rápido.

Si no fuera porque me sacaron, todavía estaría ahí parada, viendo que hacer.

Las manos, la cara, el pelo, la ropa. Todo.

(Frente a la canilla abierta)
- ¿Salió? ¿Ya está?
- No, te falta. ¿Estás bien?
- Si, si. ¿Terminaron el informe?
- (...)
- ¿Ahora?
- No, todavía te queda en toda la cara, las manos. Acá, acá y acá.
- Ahhh... ¿Ahí? ¿Limpio la mesada o ya lo arreglaron?
- Si, mejor, pero te falto todo el cuello. Y la remera.
- Pobre remera, si apenas tiene 5 años... Uy, mirá, se me oxidó la medallita de "bailen putos"



Cuando todavía no se me había ido la stigmatta que me hice con iodo el miércoles pasado, me quedó todo manchado con KMnO4, gracias a un gotero mal cerrado, que cayó en la mesada y proyectó toda la solución.
De todas las cosas con las que trabajamos hoy, es una alegría que sólo el KMnO4 haya decidido saltar (literalmente) a mis brazos.

Es de loca, lo sé, pero disfruto tanto del laboratorio que realmente no puedo evitar que el destino se dé cuenta que debo llevarlo en la piel.
Son mis heridas de guerra ("guerra del amor, que el alma llena"), les doy la bienvenida y las disfruto porque por ellas aprendo.

Me lavé las manos, la cara, el anillo, las caravanas, la medallita. Todo, menos la túnica.
Me niego a lavar la túnica. No es que no tenga Mr Músculo (cosa que es cierta) sino que quiero recordar el momento de mi primer accidente en el laboratorio digno de planilla.

09 junio 2009

El violinista

Este cuento lo usurpé del FB de un HELFDW. Me pareció hermoso, así que lo copypasteo por acá. Me encantan los relatos mágicos pero no por ello ilógicos o feos.

Enjoy!

EL VIOLINISTA (de Felipe Fernández)

-¿Usted qué es? -le preguntó el hombre.

-Soy violinista -dijo.

-Nosotros necesitamos guitarristas.

-Puedo aprender.

Y aprendió. Guardó su violín en un armario y durante unos años tocó la guitarra. Hasta que ya no necesitaron más guitarristas y el hombre que lo había contratado se fue. Y vino otro hombre y le preguntó.

-¿Usted qué es?

Habló con amabilidad. Él dudó. Todavía tenía la guitarra en las manos, pero entonces recordó con cariño el violín encerrado en el armario y contestó:

-Violinista.

-Qué interesante -dijo el otro hombre-. ¿Y qué tipo de violín toca?

-Un violín de bronce que yo mismo fabriqué. Tiene cinco cuerdas y está afinado en re menor.

-Qué interesante. Así que no es un violín como los demás.

-No.

El hombre parecía interesado. Mantuvo su mirada de curiosidad unos segundos y después le explicó que no necesitaban esa clase de violinistas.

-El problema es el número de cuerdas. Nosotros preferimos violinistas que toquen instrumentos de cuatro cuerdas.

Si fueran dos o tres, haríamos una excepción. Pero cinco es intolerable. Que el violín sea de bronce podemos aceptarlo. Y la afinación puede cambiarse, pero lo de las cuerdas es algo serio.

-Entiendo.

-También toco la guitarra. Cualquier clase de guitarra ?agregó para que el otro hombre no pensara nada raro.

El otro hombre no pensó nada raro. Parecía entristecido.

-Nosotros ya no necesitamos guitarristas. Ahora necesitamos escaladores.

-¿Y para qué necesitan escaladores?

-No sé -el otro hombre quería demostrarle que él no controlaba todo-. Yo sólo me ocupo de contratar escaladores. La empresa que me ofreció el trabajo no me dio detalles. A propósito, ¿sabe escalar?

-Puedo aprender.

Y aprendió. Durante años escaló montones de cosas. En la copa de un árbol, la cima de una montaña o la terraza de un edificio siempre lo esperaba un hombre que le entregaba un sobre con dinero. Y el dinero nunca era proporcional a la altura. Por llegar a la cumbre del Aconcagua le pagaron menos que por subirse a un jacarandá. Y su mejor paga la obtuvo subiendo al Monumento de la Bandera en Rosario. Ellos no le decían por qué y él tampoco preguntaba. Sólo seguía escalando. Hasta que ya no necesitaron escaladores y el hombre que lo había contratado se fue. Y vino otro y otro. Vinieron muchos hombres y cada uno le preguntó qué era. Y él se acostumbró a responder con su último oficio. Nunca más mencionó el violín. Y lo último que hizo antes de morirse fue enlazar. Montones de cosas: estatuas, rocas, gente con cara de palangana, animales disecados. Incluso dragones, pero nunca basiliscos. Los enlazaba de a pie, a caballo, en bicicleta o en moto. Incluso en helicóptero, pero nunca desde pirámides. Un enlazador excelente.

Sin embargo, cuando murió no lo enterraron con un lazo ni una guitarra, sino con su violín y a los pocos días vinieron a buscarlo de urgencia. Porque ahora necesitaban un violinista y uno de esos hombres se había acordado de él. Como no quería comprometerse ni crear falsas expectativas, ni bien le golpearon la lápida de su tumba les aclaró lo del violín: de bronce, cinco cuerdas y afinado en re menor.

-Exactamente la clase de violinista que necesitamos -dijo el hombre que lo había venido a buscar.

Él percibió su ansiedad. Desde la vibrante oscuridad de la muerte podía escuchar y hablar casi como un fantasma: Así que consideró oportuno aclararle:

-Pero mire que estoy muerto.

-¿Sabe resucitar?

-Puedo aprender.

Y aprendió. Sí, resucitó en menos que ladra un perro, porque no había gallos en ese cementerio. Una resurrección prolija, sin estridencias, que no molestó a nadie. Después tuvo que aprender a vivir otra vez, porque en unos días de muerto se había olvidado de cómo respirar, comer o caminar. Incluso de pensar. Sobre todo de pensar que estaba muerto. O del tiempo. Porque ya no había más tiempo que perder o ganar. Ya no había más tiempo. Había estado fuera del tiempo y ahora estaba otra vez en el tiempo. Y por último creyó que debía aprender de nuevo a tocar el violín. Pero eso fue distinto porque había nacido con ese don, y había vivido y muerto con ese don. Así que resucitó con él. Bastó con que se acordara que lo tenía. Y se acordó rápido porque lo estaban esperando. Impacientes por escucharlo tocar su violín de bronce, de cinco cuerdas, y afinado en re menor.






Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1134833
Este cuento pertenece a La sala de los Napoleones, libro por el cual el autor obtuvo el primer premio del concurso "Victoria Ocampo" 2008 y que por estos días llega a las librerías, editado por la fundación que lleva el nombre de la escritora.

07 junio 2009

Humor gráfico para imaginar, mucho

Se ve un escenario ambientado como la luna, polvo lunar, cráteres y actores con trajes espaciales intentando cantar.
Un aireado director (pantalón ajustado, polera negra) grita desde la platea: "¡¡¡Rigoletto!!! ¡¡¡Dije que quería que la estética de Rigoletto!!!"

Capáz que querés hacer clic acá.

06 junio 2009

Juan Nicolón hace cosas

Título robado de varios lugares, por ejemplo esta entrada del blog de Juan.

No es la primera vez que expreso mi altísima estima por alguien en este blog. Así que en momento ligeramente sociópara del día de hoy creo que ya es hora de gritar a los 4 vientos informáticos cuánto me gusta Juan Nicolón.
Levanto mi copa virtual festejando sus obras presentes y futuras.
Listo, lo dije. ¡¡¡M-EN-C-AN-TAAAAAA!!!
(Juan, no te asustes)

Todo comenzó algún tiempo atrás (¿en la isla del sol?) se cruzaron nuestros caminos por casualidad. Estaba volviendo a la city (Saint Joseph, por supuesto) y me encontré con un conocido en el bondi. Una hora de viaje, tiempo suficiente para ponerse al día.
Estábamos conversando y me dice "mirá esta revista, es un humor medio raro, pero seguro te va a gustar". Empecé a leer la segunda Tendencias Inmobiliarias (esa que en realidad es la primera pero otra) y quedé enganchadísima.
Después de Tendencias Inmobiliarias, vino la genial PERSONS, revista que leo y recomiendo (imaginen un sellito rojo, redondo, que diga "Avalado por Molly").
Hasta tuve la oportunidad de conocerlo, así que me siento realizada.

Pasen por El Blog de la Persons y si no vuelven por acá, es completamente entendible.

Bueno, eso nomás...
Por lo pronto prometo manterme alejada de los ositos de peluche... y de los de verdad creo que también, me dan un poquito de miedo, aunque en realidad no tengo tanto trato con ellos en mi vida diaria, así que creo que estamos bien.

02 junio 2009

Sólo porque si

HOY ES EL DÍA DE LAS METÁFORAS DE ÓMNIBUS.
Y como resultaron ser tan buenas, estoy pensando en que sea la semana de las metáforas de ónmibus. Les guste o no.
NOTA: es un post bastante raro, no por ello menos introspectivo, y un poquito elitista ya que hay que conocer el acontecer bondístico montevideano (pero cualquier cosa me preguntan)

En mi caso, estoy esperando el 134. Todavía no ha pasado, por lo menos por mi parada. Capaz que alguna vez iba caminando y pasó, pero ni cuenta me di. Eso no quita que si pasa un 522 o un 149, puedo llegar a tomarmelo, total, el recorrido es bastante parecido...

Pueden pasar muchas cosas. Por ejmplo cuando vos crees que va hasta determinado lugar y en realidad termina antes, pero no te diste cuenta porque te fijaste en el numero y no en el destino.
Muchas veces creemos que determinado bondi va por un camino y en realidad nada que ver. O pensamos que para en nuestra parada y no es así.
A veces llegás a la parada y lo ves irse. Y después no pasa más.
Otras veces, ni bien llegás a la parada pasa uno que te sirve, capáz que no es EL bondi, pero te lo podés tomar igual.
Hay veces que pasa todo lo contrario, el bondi para en tu parada y vos, concentrado en tomarte el otro, no te subís y te perdés el viaje.
Un problema grande es cuando, estando en el bus, dudas si te subiste al correcto. Eso se soluciona directamente preguntando, pero a veces no te animas, porque es un bajón saber que te subiste mal. Ahí no te queda otra que bajarte y esperar que pase el correcto.
Puede que sin que nadie te avise, cambie el recorrido y no te des cuenta que te tenés que bajar hasta que ya estes en la quinta loma del quinoto. También puede que cambie el recorrido y que te deje en un lugar mucho más feliz que con el recorrido que vos esperabas (no suele pasar, pero a veces pasa).

Y una vez cada mucho, mucho tiempo, pasa que estás parada en la parada y lo ves venir. Es EL BONDI (en mi caso el 134, conozco quien espera el D11... ya van a llegar). ¡¡Ay mamita!! Ahí empiezan las dudas. Capáz que la guía está mal. Mmmm no veo bien, ¿es ese? ¿Valdrá la pena gastar un boleto? ¿Y si mejor camino...?
Hay veces que estaría bueno tener más info para saber si el que viene es el que vos querés... ¿Y si no es? ¿y si es? ¿Es prudente tomarlo, por más que se arruine todo?

Creo firmemente que es mejor subirse, sino nunca lo vas a saber. Es mejor saber que no es una vez que estás arriba, a saber que era cuando viste el número mientras se alejaba.


Es muy felíz cuando no te cortan el boleto. También hay viajes que te cortan más de uno, o te arruinan el siguiente. Pero hay otros que son tan buenos, que te dan ganas de dejarle la boletera al guarda...

Por eso no perdamos de vista el quid de la cuestión, si estás preocupado por el bondi, no disfrutás de lo importante: el viaje.

Aprovechemos el aquí y ahora.
A gozar del folie a deux que es el Sistema de Transporte Melodramático.